Te quitaste la cruz y los besos
te escapaste,
entre las rendijas del aire
mientras en el verde
crecen las margaritas
y me digo ¡qué felices!
Ahora debe de ser
un lugar bien bonito
el cielo, digo...
desde que se puede
bailar contigo.
Que lleno de ti hermana
esta este momento.
Yo al lado de tu tumba
llorando mis sueños
y tu por todas partes
riendo, amando loca
como a ti te gustaba hacerlo
llenando con tu alma
todo el universo.
Las niñas sentadas en las sillitas de madera no nos atrevíamos a decir ni mu. Un señor alto disfrazado con un vestido blanco hasta los pies, se movía de acá para allá en aquel semicírculo improvisado.
Manolita miraba tras las rejas las magnolias que colgaban descaradas. del árbol de hojas brillantes.
Existió un reino perdido entre las telarañas del tiempo, donde los habitantes vivían aterrorizados, por un rey déspota, que estaba obsesionado por el control de todas sus gentes.
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