Entre penas de guerra
con sus bocas pintadas
tacones altos
las chicas bailan.
Los pechos danzan
a mi me gusta chuparla.
Mi esquina esperaba
y yo sin querer
me olvide que me olvidabas.
Niña guapa
sudario de berenjena
clavado en la mirada.
Un ángel saca su espada.
La del vestidito rosa
perfuma la acera
y un juez aburrido
sacando la billetera.
cuatro mil por tocarla
las chicas bailan.
¿ Espera un taxi?
No señor estoy trabajando
Cinco mil y la cama.
Foto de Kris Atomic en Unsplash
Las niñas sentadas en las sillitas de madera no nos atrevíamos a decir ni mu. Un señor alto disfrazado con un vestido blanco hasta los pies, se movía de acá para allá en aquel semicírculo improvisado.
Manolita miraba tras las rejas las magnolias que colgaban descaradas. del árbol de hojas brillantes.
Existió un reino perdido entre las telarañas del tiempo, donde los habitantes vivían aterrorizados, por un rey déspota, que estaba obsesionado por el control de todas sus gentes.
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