Sentadita en el andén,
en medio del antes y el después
espero que llegue mi tren.
La alegría ante todo
Vendo poemas, pañuelos farolas
estoy desesperado.
Bueno vale dame pañuelos.
por fin me escondo en el metro
harta de llorarle a los vientos.
Pobre niña malquerida
viajando túneles del mundo
solo te abrazan las vías.
Con un duro o una peseta estoy agradecida,
alguno se asusta y la mira.
Ayuda por favor, ayuda por favor.
Nunca se acaba este rosario loco
de penas con magia.
Próxima estación
Paseo de Gracia.
Las niñas sentadas en las sillitas de madera no nos atrevíamos a decir ni mu. Un señor alto disfrazado con un vestido blanco hasta los pies, se movía de acá para allá en aquel semicírculo improvisado.
Manolita miraba tras las rejas las magnolias que colgaban descaradas. del árbol de hojas brillantes.
Existió un reino perdido entre las telarañas del tiempo, donde los habitantes vivían aterrorizados, por un rey déspota, que estaba obsesionado por el control de todas sus gentes.
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