Sentadita en el andén,
en medio del antes y el después
espero que llegue mi tren.
La alegría ante todo
Vendo poemas, pañuelos farolas
estoy desesperado.
Bueno vale dame pañuelos.
por fin me escondo en el metro
harta de llorarle a los vientos.
Pobre niña malquerida
viajando túneles del mundo
solo te abrazan las vías.
Con un duro o una peseta estoy agradecida,
alguno se asusta y la mira.
Ayuda por favor, ayuda por favor.
Nunca se acaba este rosario loco
de penas con magia.
Próxima estación
Paseo de Gracia.
―Son las siete, temperatura ambiente veintitrés grados, humedad en el aire treinta y ocho por ciento, contaminación ambiental baja. Agenda para hoy, a las nueva cita en la Agencia de inteligencia estatal—y agregó, como cada mañana—Vivaldi, las cuatro estaciones...
Las niñas sentadas en las sillitas de madera no nos atrevíamos a decir ni mu. Un señor alto disfrazado con un vestido blanco hasta los pies, se movía de acá para allá en aquel semicírculo improvisado.
Manolita miraba tras las rejas las magnolias que colgaban descaradas. del árbol de hojas brillantes.
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