Te echo a faltar
Hermanita de la loca risa
que asusta a la muerte.
La pena corría y corría
a ponerse los pantalones
Nosotras ajenas, bailábamos
con el desdén de las princesas.
Me pongo tus cosas
duermo con tu pijama
Como cuando niñas
siempre peleando camisas.
Aun tendrás que esperarme
me queda un suspiro
Tengo que hacerme vieja
Soñando versos en esta tierra.
Las niñas sentadas en las sillitas de madera no nos atrevíamos a decir ni mu. Un señor alto disfrazado con un vestido blanco hasta los pies, se movía de acá para allá en aquel semicírculo improvisado.
Manolita miraba tras las rejas las magnolias que colgaban descaradas. del árbol de hojas brillantes.
Existió un reino perdido entre las telarañas del tiempo, donde los habitantes vivían aterrorizados, por un rey déspota, que estaba obsesionado por el control de todas sus gentes.
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